Gestión: ¿Grupo o equipo?

Gestión: ¿Grupo o equipo?

Si bien existen diferencias conceptuales en el significado de grupo y equipo se trata de términos que suelen utilizarse como sinónimos. En primer lugar, no todo los grupos forman equipos, existen determinadas características de organización y dinámica que separan a uno del otro.

Jon Katzenbach, describió -hace varios años atrás- las diferencias en su libro “The wisdom of teams”, adelantando que la elevada performance y el concepto de equipo son inseparables.

Esta afirmación se refuerza por la teoría de Goleman sobre la inteligencia emocional en los equipos: el autor sostiene que ésta es superior a la suma de la inteligencia de cada uno de sus integrantes. En equipo somos más y alcanzamos mejores resultados, no quedan dudas de eso, pero ¿cuándo podemos decir que tenemos un equipo?

Primeramente, cuando 2 o más personas, trabajan de manera conjunta (con roles definidos), esto implica que los resultados globales tienen mayor importancia que el desempeño individual. Lo cual no quiere decir que deja de ser importante cómo trabaja cada integrante, sino que se valora de manera diferente: cómo colabora su trabajo con el objetivo final del equipo. Por eso, además de métricas de desempeño personales se utilizan y priorizan las colectivas.

El estilo de comunicación es más abierto, el líder alienta el debate sobre los temas de trabajo y la resolución de los posibles conflictos a partir de los aportes de sus integrantes.

Uno de los mejores ejemplos (que siempre se intenta llevar al mundo de la oficina), es el un equipo deportivo; en el que claramente hay un objetivo común y donde cada integrante tiene una posición o rol predeterminado para cumplir la meta conjunta.

Pero para que esto realmente funcione en la oficina sería necesario hacer cambios sustanciales en la estructura del trabajo. Pensémoslo en el contact center: donde generalmente hay un grupo de personas que hacen casi el mismo trabajo, pero son medidos de forma individual.

Para plantearlo como equipo sería necesario poner el acento en un objetivo colectivo, así todos serían responsables por lograr tal o cual cosa, por supuesto que el desempeño también tendría que ser visto desde ésta óptica.

Entonces, podría decirse que existe un “nosotros”, otra de las fortalezas de un equipo, repartir la carga, y saber que en tiempos difíciles, algunos integrantes harán más para apoyar a quien o quienes lo necesiten. De otra manera, lo que tenemos es un grupo. Esto es un número de personas que comparten un espacio común, como puede ser la sala de espera de un médico, o una oficina con distintos boxes.

En el caso de la oficina, aun si todos hacen la misma tarea no podemos hablar de equipo a menos que compartan un objetivo colectivo y que se defina con claridad cuál será la responsabilidad de cada uno en el logro del mismo.

Podemos agregar, que quizás muchos grupos de trabajo nacen como tales por su estructura. Tal vez tiempo más tarde mediante el trabajo sostenido del líder, cambios en la organización del trabajo y la cultura de la empresa se convierten en equipos. Pero esto siempre será definido por la organización del trabajo y la dinámica de las personas.

Finalmente, no puede discutirse que trabajar en equipo es mucho mejor, más enriquecedor desde el plano del conocimiento, lo emocional y por ende más productivo. Es lo que se viene detrás del concepto de trabajo colaborativo. Seguiremos ampliando sobre el tema en los próximos artículos.