¡Si es posible mejorar sin tanto medir!

¡Si es posible mejorar sin tanto medir!

Es un error medir, únicamente porque alguien dijo que lo que no se mide no se puede mejorar.

 

He podido observar que cuando las organizaciones se obsesionan con las mediciones y los indicadores, se obstaculiza la gestión, y esto sucede porque aunque las mediciones son útiles, su exceso, como todo exceso, resulta contraproducente para el comportamiento y el desempeño de las personas.

 

Por eso cuando acompaño procesos consultivos y educativos, parte del reto consiste en identificar el ruido que impide a las personas mantener el enfoque en la real meta empresarial.

 

Entiendo que todo inicia con una buena intención, “Medir para mejorar”, sin embargo, parece que esa intención produce algún nivel de ceguera, y es como si se pensara que el propósito es medir y no que ese medir es parte de lo que se hace para alcanzar la meta.

 

Es claro que “No se puede predecir, lo que no se puede predecir” y que “Demasiados datos congestionan”, por eso es necesario entender el espíritu de cada indicador y utilizar la experiencia acumulada en las personas, sin obsesionarse por medir, medir y medir, creyendo que así se aprecia mejor el panorama de la empresa.

 

Generalmente invito a quienes asesoro a discernir que “Importa la calidad y no la cantidad de indicadores diseñados” y que es necesario interpretar adecuadamente la información que brinda cada indicador para asegurar la evolución de la organización sin excesos de información, pues la capacidad de sentir, pensar y actuar debe ser más poderosa que la frialdad de un dato.

 

Reflexión

La clave está en mejorar no en medir.

 

Pregunta inquietante

¿Ha pensado cuánto cuesta cada medición y cuál es el costo de obtener exceso de datos que no impactan el valor que percibe el cliente, no aportan a la productividad, ni asegura el real progreso?

 

Entonces, ¿Qué medir, qué no medir y cómo medir?

  • No medir más de lo que se pueda revisar.
  • No medir esfuerzos individuales olvidando la importancia del sistema.
  • Medir la meta empresarial y lo que suma valor al cliente.
  • Medir el resultado y controlar los puntos críticos del sistema.
  • Medir para obtener alertas tempranas y ajustar el proceso, no para conocer el error.
  • Medir para mejorar, no para castigar, sancionar,...

 

Insisto lo realmente importante no es medir es evolucionar y alcanzar la meta empresarial, algo muy diferente a involucionar y confundirse en la costosa medición de esfuerzos aislados o éxitos parciales dentro de cada proceso del sistema.